Hace ahora dos años comenzaban para mí unas semi-vacaciones de verano, y digo "semi", porque se acababa el curso académico y por lo tanto mi trabajo como profesora en el instituto se quedaba en "stand by" hasta septiembre, pero tenía que trabajar para colaborar en el encaje de las piezas para que las Jornadas Bilingües que GB estaba organizando, se pudieran celebrar los días 11 y 12 de septiembre. Estábamos en un momento en el cual el debate sobre modelos lingüísticos tenía una muy frecuente presencia en la prensa, habitualmente monopolizado por sectores favorables a la imposición de una enseñanza sólo en gallego para todos los estudiantes y, creíamos que era muy necesario ofrecer la opinión de expertos internacionales independendientes y de responsables de sistemas educativos exitosos de países en los que hay más de una lengua oficial en parte de su territorio. Por supuesto en esos países se elige la lengua vehicular.
Nos pusimos en contacto con la Diputación de Pontevedra y les propusimos que cedieran sus instalaciones y se encargaran del transporte y alojamiento de los participantes. Nosotros realizaríamos, sin recibir nigún tipo de remuneración, el trabajo de elaborar el programa y de buscar y ponernos en contacto con los invitados.
A primeros de septiembre estaba confirmada la asistencia, no sólo de personalidades como Félix Ovejero, Carmen Leal, o el Magistrado Villagómez sino también de expertas en multilingüismo de los Ministerios de Educación de Finlandia, un país con excelentes resultados PISA, con libertad de elección de lengua vehicular y, también de Eslovenia, donde a pesar de no tener una renta per càpita tan elevada, se toman en serio la educación de sus jóvenes y el respeto a la cooficialidad de las lenguas y, por lo tanto, se pude estudiar en la lengua oficial elegida. Junto a estas personas, y a representantes de asociaciones españolas que trabajan a favor de la libertad de elección de lengua en Cataluña, Baleares y Valencia, intervino una pedagoga a quien teníamos especial interés en invitar: Inger Enkvist, cuyo currículum como experta en educación y como escritora, sería demasiado extenso citar aquí; su prestigio llevó al la Generalitat a invitarla a intervenir en el Parlamento de Cataluña con motivo del debate de su nueva Ley de Educación, claro que, tal vez, con lo que no contaban era con su independencia y valentía; por resumir os diré que les cantó las verdades del barquero durante su intervención, todavía deben estar arrepintiéndose de haberla invitado.
Hasta aquí, la parte digamos "civilizada" del asunto. Ahora os contaré cómo fue la cara B.
Desde el mismo momento en el que el mundillo pro imposición supo lo que se estaba organizando, comenzó el desfile de artillería pesada en artículos y declaraciones ante la prensa. !Qué poco les gusta que se sepa la verdad de lo que sucede en otras democracias!. Nos dimos cuenta de que no íbamos a poder promocionar el programa con la antelación debida porque el acoso y derribo hacia los intervinientes iba a ser dificil de soportar para ellos y, teníamos razón. Después, en cuánto regresaron a sus países de origen tuvieron que soportar una lluvia de correos electrónicos muy desagradables, si bien, los tres días que permanecieron en Pontevedra ya tuvieron un adelanto bastante ilustrativo acerca de cómo se las gastan algunos intolerantes que pululan por nuestras tierras. Además de la lógica sorpresa al conocer la vulneración de derechos lingüísiticos que hay en Galicia, estas expertas pudieron leer en la prensa las tergiversaciones más disparatadas acerca de las jornadas en las que estaban participando. Incluso el alcalde de Pontevedra dejó a un lado los asuntos propios de su cargo, para pedir una reprobación ante aquella afrenta a la identidad patria. Para ponerle la guinda al pastel, nuestras invitadas extranjeras fueron testigos de una muy "típica" concentración de fanáticos lingüísticos a pocos metros del museo, y se quedaron de piedra al ver en una pared del casco histórico de la ciudad una vistosa pintada en la que se deseaba el final de mi existencia, muy molesta para ellos, al parecer. Un grupo de intolerantes lingüísticos también siguió a la gente mientras iba a comer para que se sintiéran intimidados y, por lo visto, para averiguar el precio del menú. En internet colgaron las fotos de algunos asistentes mientras iban a almorzar y los numeraron en plan "judíos en un campo de concentración". Como colofón, todos tuvimos que entrar a la clausura de las jornadas en el Museo de Pontevedra protegidos por la Policía Nacional.
A pesar de todo, pudimos disfrutar de unas intervenciones brillantes que fueron grabadas y que han sido muy difundidas desde entonces (tenéis el enlace al final de esta entrada) y los participantes fueron entrevistados en varios medios de comunicación, de manera que el objetivo de las jornadas fue sobradamente cumplido. Nuestras invitadas extranjeras abandonaron Galicia rumbo a sus países de origen, tan "alucinadas" como podáis imaginar y habrán contado después lo que aquí vivieron, algo que aunque te hace sentir un poco de vergüenza, en este caso no viene nada mal.
Desde entonces, de vez en cuando, algún defensor de la imposición aprovecha los comentarios a noticias sobre GB en la prensa digital para falsear la verdad sobre la participación de nuestra asociación en las jornadas. Como Galicia Bilingüe, al contrario que otras entidades, nunca ha recibido un euro de dinero público, se afanan en hacer creer a la opinión pública que la Diputación de Pontevedra nos pagó por nuestra participación y coordinación de las jornadas, nada menos que 30.000 euros, (es la cifra que acordaron difundir). La realidad es bien distinta. Todas las horas de trabajo preparando el programa, nuestras ponencias, contactando con los diferentes ministerios, llamando para ello desde nuestros telefonos, no fueron retribuídas en absoluto. Incluso rechazamos cobrar el desplazamiento y yo una noche de hotel que me ofrecieron para que pudiera alojarme junto a las invitadas extranjeras y cenar con ellas la noche de su llegada, ya que debía estar a las ocho de la mañana en Pontevedra al dia siguiente. "Como si tengo que ir en patinete" recuerdo que les respondí. Ni GB ni ninguno de nosotros quería recibir nada de nada. Respecto al gasto que supusieron las jormadas para la Diputación, fue el minimo posible. Los intervinientes, al saber de qué se trataba y por deferencia hacia nosotros, no quisieron cobrar. En el caso de las representantes ministeriales no podrían hacerlo pero, otros invitados podían haberlo hecho. Eso sí, fueron alojados en el Parador de Pontevdra, no iban a dormir a la fonda del peine...y en cuanto a las comidas, no consitieron en opiparas mariscadas, como llegué a leer, sino en unos entrantes y carne o pescado el primer día y choquitos y tortilla el segundo.
Hace un par de meses le solicitamos a la Diputación que nos remitiera los gastos de las jornadas. Me enviaron por correo electronico una relación de los gastos efectuados. Galicia Bilingüe, por supuesto, no aparecía por ninguna parte. Aun así no nos quedamos sartisfechos y les pedimos que aclararan bien que ni la asociacion ni nosotros habiamos recibido nada. Nos enviaron una certificacion por correo postal, la que ilustra esta entrada. Os pongo el enlace para que podáis usarlo siempre que veáis alguna mentira al respecto. !Qué xentiña!