Este año lo despediremos en casa. Solíamos hacerlo en el balneario de Lobios en familia, pero no está la situación para dispendios. Me apena por nosotros, porque nos quedaremos sin dos días de descanso y paseos por el bosque, y deliciosos baños en la piscina con los niños, pero también lo siento por la dirección y el personal del balneario, pues son todos unos magníficos profesionales y una gente encantadora. Ya el año pasado habían notado un bajón en las reservas y esto año supongo que será peor. Nos reuniremos todos en nuestra casa y, de nuevo, me tocará cocinar. Lo haré encantada. Y por la mañana a preparar tortitas, que los niños se quedan a dormir. Para que pudieran disfrutar de algo especial, los hemos llevado al concierto de Año Nuevo que la Strauss Festival Orchestra ofreció anoche en el auditorio Mar de Vigo. Es una pena que no lo organizaran en el teatro de la difunta Caixanova, que es mucho más acogedor, "vienés", y con mejor acústica, en lugar de celebrarlo en ese auditorio tan "soviético". Para paliar las carencias del lugar, compramos entradas en la fila 3, de manera que la soprano casi nos cantaba al oído y solo teníamos ante los ojos el escenario, sin tener que ver las butacas verde moco y aquella inmensidad fría y desangelada. En todo caso nos gustó mucho el concierto, con poco dinero se pueden hacer cosas especiales y que te hacen feliz.
Aunque sé que el gobierno podría haber recortado en gastos superfluos, no me quejo demasiado por las rebajas que hemos sufrido los profes en nuestros sueldos; es cuestión de reorganizarse. Lo difícil lo están viviendo otras personas que se encuentran en el paro, entre ellos muchos investigadores que tendrán que marcharse a otros países donde se valora su talento y la importancia de su labor. Aquí el dinero está para otras cosas, y a algunos de sus beneficiarios ni siquiera les llega. Quieren más y más. Hay gente que ha perdido el norte y el sentido de la realidad y de la proporción. Me refiero al presidente de la Real Academia Gallega, el ultra Ferrín. Llevamos un mes asistiendo a sus lamentos en la prensa. Esta semana ha vuelto a la carga. En todos los periódicos gallegos pudimos leer el titular: Ferrín calcula que la RAG necesita un millón de euros para mantener su funcionamiento actual. De lo contrario nos sobrevendrá el Apocalipsis. Hace dos años, a fuerza de dar la vara, consiguió que el gobierno central les subiera la asignación a un millón de euros. El año pasado, cuando la crisis ya era acuciante, se les ofrecieron 520.000 de la Xunta y 381.000 del gobierno central, pero Ferrín puso el grito en el cielo y la intervención de Feijoo y una enmienda de parlamentarios gallegos en el Parlamento nacional revirtieron la situación. Al final recibió 1 millón doscientos mil en total. Para el próximo ejercicio quieren darles 300.000 menos, y por eso está dando el teto en la prensa un día sí y otro también.
He visto multitud de asignaciones a la RAG, convenios las llaman. Diferentes organismos de la Xunta les van dando 100.000 por aquí, 200.000 por allá, para todo tipo de cosas; desde la organización de cursos de gallego para extranjeros, hasta la creación de palabras y de términos científicos para los libros de texto de nuestros hijos, la mayoría de los cuales copian directamente del portugués. También se nos va una pasta en estudios sociolingüísticos. No sé si todas esas partidas están incluidas en la asignación anual o si son extras. Gran parte del gasto corresponde a la celebración del "Día das Letras". Este año la RAG les regaló a cada alumno de bachillerato un libro con una recopilación de los autores premiados, pero la Xunta financia gran parte de los gastos de ese día, que en realidad se convierte en un mes. Les organizan simposios, actos de reconocimiento y celebraciones varias en centros de enseñanza, a donde también se envían miles de carteles en papel satinado. Serían suficientes como para empapelar el Gaías 100 veces, muchos acaban en la basura porque ya no hay sitio donde ponerlos. No importa, la casa es grande. Ferrín pedía esta semana amparo (literal). Decía que necesitan el dinero para mantener su web, las instalaciones y a los funcionarios filólogos que las habitan. Amenazaba con dejar aparcados sus proyectos, entre ellos el famoso diccionario que no acaba de ver la luz. También peligran, por lo visto, varios proyectos dedicados a (transcribo sus palabras) "revisar la toponimia, o la elaboración de un diccionario de apellidos gallegos que es importantísimo para que los ciudadanos sepan sus orígenes y significados, es un patrimonio cultural mas importante que el pórtico de la Gloria". Sin comentarios.
Es normal que exista una Academia de la lengua, pero no hay por qué despilfarrar ni decir tonterías. Y no podemos mantener varios organismos que hacen lo mismo: RAG, Instituto Ramón Piñeiro, Instituto da Lingua y Consello da Cultura Galega. Que los fundan en uno. Y que se dediquen a lo que se dedican las academias, que nunca se ha visto, en un país serio, a ninguna gastarse el dinero en recurrir decretos con la intención de restarles libertades a los hijos de los ciudadanos que pagan los impuestos que las mantienen. Y que no dediquen recursos a hacer informes absurdos, como el recientemente elaborado para "profundizar en las causas y posibles soluciones ante la desaparición de medios de comunicación en gallego como Galicia Hoxe". Ese informe se lo hago yo en quince minutos y gratis. De los estudios de sociolingüística, sería una bendición poder librarnos, si no es por ética, que sea por falta de dinero. Sociolingúística+nacionalismo = ingeniería social, que ya conocemos la ideología de Ferrín y adláteres (ver enlace aquí por si hay algún despistado entre los presentes). Pero lo que más me ha llamado la atención es esa laxitud en las cifras. Hace unos días pedían 800.000 euros, ahora Ferrín dice que "calcula" que un millón. Total... 200.000 euros más o menos no es nada para esta gente. A otros nos parece mucho. Para mí, que llevo desde 1994 pagando los 85.000 euros de mi hipoteca, es un montón de dinero. Y la economía en mi casa y en la del común de los mortales no se lleva a ojo, "calculando"; se lleva al céntimo y no por eso deja uno de esmerarse. Ya que estamos en estas fechas y por llevar el terreno a la economía doméstica, le pongo como ejemplo al señor Ferrín, mi menú de Navidad, 14 euros por persona y muy digno, pero para eso hay que molestarse en comparar precios y ponerle ganas y valorar lo que se gasta, a no ser que ...
Amiga de Monforte. Me preguntabas si iba a dedicarle un post al menú de este año. Iba a hacerlo, pero las fotografías no han salido nada bien. De todos modos, lo pongo aquí brevemente y te paso una receta por si a ti o a los demás blogueros os apetece probarla.
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Amiga de Monforte. Me preguntabas si iba a dedicarle un post al menú de este año. Iba a hacerlo, pero las fotografías no han salido nada bien. De todos modos, lo pongo aquí brevemente y te paso una receta por si a ti o a los demás blogueros os apetece probarla.
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