sábado, 28 de septiembre de 2013

Aquí Sheyla, aquí Henrique Monteagudo



Isabel, una de las responsables de GB en Orense, ha estado con Sheyla. Yo he hablado por teléfono con ella varias veces estos días. No la conozco personalmente, pero la imagen a la que la asocio es esta margarita.


Y éste es Monteagudo. Os hablé de él cuando leyó su macarrónico discurso de entrada en la Real Academia Galega. ¿Qué tienen en común Sheyla y este señor? Nada. Y ese, precisamente, es el motivo por el que los he reunido hoy en el blog.

Sheila es una joven que quiere ser profesora de Infantil. Ha vivido hasta ahora en Madrid, pero su novio ha encontrado un empleo en Orense, y como están muy enamorados y no quieren separarse, Sheila se ha buscado aquí un trabajo por horas, se ha matriculado en el Ciclo Superior de Educación Infantil, y se ha venido con él. Hace unos días su madre me llamó muy preocupada. Como tanta gente, ella y su hija creían que el problema de la imposibilidad de estudiar en español solo les afectaba a las personas que viven en Cataluña, así que se llevaron una desagradable sorpresa cuando al comenzar las clases, Sheyla se dio cuenta de que no iba a poder seguir el curso con provecho, porque muchas asignaturas, las de más peso, se imparten en gallego. Como lo más importante no era comenzar a redactar denuncias sino encontrarle a la chica una solución, hablé con la Jefe de Estudios; le recordé que el Decreto establece un 50% de asignaturas en cada idioma y que Sheyla, por proceder de otra comunidad autónoma, tiene derecho a un trato especial. Ya en 1994, una sentencia del Constitucional dejó bien claro que no es constitucional impartir la enseñanza en una lengua regional cooficial a un alumno cuando no la conoce, de manera que su rendimiento académico sea apreciablemente menor al que tendría si le fuese impartida en español. También le dije que sería de gran ayuda que le facilitaran los apuntes en español y que no le pusieran trabas para expresarse oralmente y por escrito en esta lengua. La Jefe de Estudios me dijo que aún no se había hecho el reparto definitivo de asignaturas por idioma, que lo harían en una próxima reunión, y me aseguró que iban a intentar facilitarle las cosas a Sheyla. Después hablé con la Xunta y se comprometieron a hacerle un seguimiento a su caso. 

Mientras esperamos a que el asunto se arregle y Sheyla se las va apañando gracias a la amabilidad de una compañera que le hace de traductora simultánea, la joven me va contando sus impresiones y lo que va sucediendo. Como no está mediatizada por el trabajo de concienciación nacionalista que se ha estado llevando a cabo durante tantos años en Galicia, ella habla desde la inocencia, desde la frescura del que ve la situación con la óptica del sentido común. Durante estos días ha oído de todo, por ejemplo, que si se hubiera ido a Inglaterra tendría que aprender en inglés, o que lo que le pasa es que no quiere aprender gallego. Ella les responde que es española y que ha venido a estudiar a una parte de su país, o que lo que quieren es darle la vuelta a la tortilla, convirtiéndola a ella en culpable. Lo que Sheyla no sabe, es que aquí los volteadores de tortilla suelen aparecer cuando haces valer este tipo de derechos. Te los puedes encontrar, por ejemplo, cuando pides un documento en español. "Le tienes manía al gallego", te dicen. Si por una rareza del destino aparece un documento o una señal sólo en español, el razonamiento es el mismo "le tienen manía al gallego". En uno de sus ratos libres en la escuela, Sheyla incluso se atrevió a comentar que se le estaba pegando el acento gallego y que le daba pena perder el suyo. Menos bonita le dijeron de todo, y ella, inocente y cándida como una margarita sin abono químico ni sulfato, les respondió que no deberían considerar su comentario como una ofensa, que a ella también le parecería lógico que ellos no quisieran perder su acento de Orense tras vivir en Chamberí. Lo que Sheyla no sabe es que en Galicia, esto de las ofensas lingüísticas funciona sólo en un sentido. Aquí se considera normal, por ejemplo, que se les diga a los alumnos castellano hablantes que debería darles vergüenza no hablar gallego, o que los niños arrullados en esta lengua son más afortunados que aquellos arrullados en español. De esto, una servidora ha sido testigo.

De Henrique Monteagudo también hemos sabido esta semana. Roberto Blanco Valdés publicó un artículo en La Voz de Galicia en el que llamaba la atención sobre el hecho de que a pesar de las imposiciones llevadas a cabo en los últimos años, y de la millonada invertida, la gente habla cada vez más español. Cuando se publica algo así, sobre todo si el atrevido es una  persona como Blanco Valdés, respetada y con muchos seguidores, las alarmas en el mundillo de la causa impositora suenan rabiosas, y algún gurú asoma la cabeza para intentar amortiguar el mensaje. No les importa que se note que se han indigestado; lo urgente es que sus cuerpos se liberen de la bilis acumulada. Monteagudo fue el agente purgativo en esta ocasión. Esa misma tarde, La Voz de Galicia publicaba en digital a toda prisa un artículo suyo titulado "É de Xustiza". En él pretendía convencer al personal de que las leyes que afectan a la lengua en la Educación vienen dictadas por un Ser Supremo, como las tablas de la ley, "olvidando" que los jueces sentencian sobre las leyes que aprueban los gobiernos, y que con una ley diferente, diferente sería la sentencia. Monteagudo se expresó así (traduzco):

 "La sentencia mostró la falta de fundamento legal de la filosofía en que se inspiraba el decreto, plasmada en un par de eslóganes: la denuncia de una pretendida "imposición del gallego" y la reivindicación de una "libertad de lengua" por lo visto en peligro. Sin embargo el TSXG puso o ramo a un debate público a lo largo del cual, la inconsistencia moral, científica o política de tal filosofía ya quedó rotundamente en evidencia". A continuación habla de los desprecios al gallego y de los infiernos a los que lo quieren arrojar.

Monteagudo y Sheyla no tienen nada en común. Ella es una joven que está viviendo las consecuencias de una política lingüística injusta y disparatada; él es un ejemplo palmario de la casta que durante los últimos años ha estado ideando todo un pseudo-argumentario para acabar con la libertad de elección de lengua, algo que deja en el camino a víctimas colaterales como Sheyla. Ella habla desde el sentido común, él desde la diarrea mental más histriónica, manipuladora e inconsistente. Ella puede ver su futuro seriamente afectado por una política lingüística que ha convertido a España en una rareza mundial. Él ha ligado su futuro a la imposición. Cofundador de un partido nacionalista, es miembro de la Real Academia Galega, del Consello da Cultura y del Centro Ramón Piñeiro. Es uno de esos cuatro o cinco personajes que no suelen faltar en cuanto sarao de la cultura oficial se organiza, y que dedica  su pluma a machacar la posibilidad de que nuestros jóvenes, y de los ciudadanos en general, puedan educarse de la forma mas provechosa y con respeto a los derechos lingüísticos de todos. Y todo esto lo hace desde el púlpito de una presunta superioridad moral y científica. En el margen derecho del blog he puesto los dos artículos. Sobre el primero he escrito : El sentido común de Blanco Valdés, sobre el segundo: Las payasadas de Monteagudo. En un país normal a Henrique Monteagudo se le consideraría, desde el punto de vista intelectual y argumental, un payaso. En un país con un régimen más bien totalitario que cercena ciertas libertades, sería uno de sus  ideólogos más cutres.

PD La expresión o ramo   la he escrito en cursiva, no me he atrevido a traducirla, no la había visto en gallego mi vida.

sábado, 21 de septiembre de 2013

El manicomio



Jose Manuel se ríe poco. Eso sí, sonríe mucho, y tiene una sonrisa preciosa; pero reír, reír, así con carcajada, lo hace en contadas ocasiones. Por eso este verano me llamaron la atención sus risotadas mientras leía un libro de un escritor llamado Ramón de España. El título: "El manicomio catalán". Los que hemos estudiado y vivido de cerca los nacionalismos catalán, vasco y gallego, hemos aprendido a recurrir al sentido del humor para amortiguar los efectos que sobre el ánimo y sobre las neuronas pueden tener las ocurrencias de estos seres. Al principio yo sentía vergüenza ajena ante sus argumentos de tonto baba y me asombraba al comprobar cómo los ponían por escrito en artículos e incluso en libros. En Galicia se publicó no hace mucho uno llamado "55 mentiras...", en el que ellos mismos recopilaban todas sus astracanadas. Que si elegir la lengua de estudio en la enseñanza es como elegir si estudias Matemáticas, que si cuando la Unesco apela a los beneficios de estudiar en legua materna se refiere sólo a lenguas indígenas y en peligro de desaparición, que si el que no conoce una lengua es que le falta libertad para usarla, que si aprendiendo gallego, en unas horas ya puedes hablar italiano, francés y rumano... Poco a poco he ido tomándome estas cosas a cuchufleta y ahora compagino el trabajo y la lógica indignación ante vulneraciones de derechos e injusticias como las que he denunciado últimamente en este blog, con la risa que me producen sus ocurrencias. Es cuestión de encontrar un sano equilibrio entre una cosa y la otra. Cuando tengo que debatir con ellos en algún programa me cuesta más encontrar ese equilibrio, porque la sonrisa que pueden provocar sus bobadas queda eclipsada por la maldad que su persona destila. Algunos son un autentico híbrido entre la cicuta y la estricnina, y ante tanto veneno es difícil sonreír. Pero en el día a día resulta más fácil separar la maldad de la memez.

Por ejemplo, esta semana supimos que el Ayuntamiento de Barcelona le ha prohibido a la productora de la serie "Isabel" rodar en enclaves de la ciudad. La primera reacción es de indignación. Ya ha habido una denuncia por parte de DENAES ante la Fiscalía, porque consideran que se deniega la utilización de un espacio público por motivos de discrepancia política o ideológica. Después de esta primera reacción viene la sonrisa al leer las "explicaciones" que dan desde el Ayuntamiento: "el uso de espacios históricos reales para incrementar la sensación de veracidad debe valorarse específicamente en función del papel que tiene en la construcción del relato". Manda truco, unos señores que se inventan reinos, héroes y guerras, hablando de veracidad histórica. Se pretendía rodar en la Plaza del Rey el momento en que los Reyes Católicos recibieron a Colón a su llegada de América. ¿Serán capaces de negar un hecho histórico perfectamente constatable para evitar que se difunda un acontecimiento que los une al resto de los españoles? Aquí, en nuestra querida Galicia, son capaces de eso y más. No imagináis la cantidad de trolas que algunos profesores les cuentan a sus alumnos. Me han enviado escaenados apuntes que son para indignarse y después desternillarse; es una pena no poder mostrarlos porque estaría revelando la identidad de los "alumnos delatores", pero podéis hojear algunos libros de texto y os encontraréis, por ejemplo, en uno de 4º ESO, que la Xunta de Galicia ya existía en época de Felipe IV.

No sólo la tergiversación de la Historia es un foco de carcajada (si te abstraes del daño que les hace a los alumnos), sino también las actitudes y las poses de diversas instancias cuando del temita lingüístico se trata. Ayer, la prensa gallega en versión digital no dio abasto cambiando titulares. Primero se hicieron eco de la alegría de los nacionalistas porque un auto del TSJG obligaba a la Xunta a cambiar el decreto de lenguas para empeorarlo todavía más. Horas más tarde la Xunta anunciaba que recurría el auto. Por la tarde hubo cambio de táctica y Feijoo le pedía al tribunal que se aclarara, y ya, a última hora de la tarde, el Tribunal informaba de un desconocido auto del día 13 que avalaba las tesis de la Xunta. La Parrala. Esta mañana el Consejero de Educación acusaba a los nacionalistas de haber anunciado una noticia falsa y les exigía disculpas por "sus mentiras y ofensas". No me digáis que no es para sonreír: mentiras y ofensas dice, nada menos, que el Conselleiro de educación de Feijóo; la Cicciolina dando clases de castidad. Y mañana volverán a ofrecerles un pacto por la lengua, y seguirán consintiendo que hagan lo que les viene en gana en los colegios y que se adoctrine y que se manipule la Historia. Ya se sabe que el nacionalismo es una enfermedad contagiosa y que los del PP andan mal de defensas. Así que  no sólo en Cataluña hay candidatos a ingresar en el manicomio nacionalista, sino también en todas las comunidades donde este virus se ha hecho fuerte.

En la cabecera de esta entrada os he puesto un vídeo que me envió Jesús Laínz, una persona de cabeza lúcida, que combina con maestría rigor histórico e humor en sus libros. Había leído algún comentario sobre esta intervención del concejal de Mijas, pero verlo así tal cual es otra cosa. Lo curioso es que el alcalde que se pitorrea de él es del PP. Aquí los he visto bajarse los pantalones y asentir ante intervenciones mucho más absurdas. En la parte inferior un vídeo que muchos conoceréis, pero venía a cuento y hoy tengo el cuerpo de jota y ranchera que esta tarde me voy de fiesta. Feliz semana amigos y el humor que no falte.


sábado, 14 de septiembre de 2013

De la Diada a la Thermomix



Como veis, no he elegido una foto de la "cadena" catalana, sino la de mi regalo de cumpleaños, que también ha sido esta semana.
Mi madre, que siempre ha sido una señora con mucha visión de futuro, se puso de parto un 11 de septiembre,  pero tuvo el detalle de no traerme al mundo hasta el día siguiente, con lo que a la larga me ahorró el tener que soplar las velas en una fecha con connotaciones tan negativas. El señor Feijóo sí nació el 11 de septiembre; ¡lagarto lagarto!

No suelo celebrar mi cumpleaños. Hace dos años incluso me percaté de la fecha a la hora de la cena. Siempre me ha dado bastante apuro airear esa celebración por aquello de que te hagan regalos y eso. Esta vez, sin embargo, me ha dado por celebrarlo, y como no me gusta hacer las cosas a medias, ha sido una celebración con todos sus ingredientes. Fui la primera en despertar, así que me autofelicité con varias versiones del cumpleaños feliz, desde la de los Beatles hasta "las mañanitas del rey David", que aunque está pensada para el día del santo, contiene en su letra la palabra lucero, una de mis  favoritas en español. También le puse un lazo a la Thermomix; la compramos a plazos hace unos días y ya he comenzado a darle uso, pero era mi regalo de cumple adelantado y quería hacerle los honores. Desde que los reyes me trajeron el Dulcecotón Payá no había disfrutado tanto de un juguete.

El día me guardaba algún regalo más, dos de ellos inesperados. El primero llegó a  mediodía cuando El País publicó la contundente sentencia que condenaba a varios miembros de Resistencia Galega a un buen puñado de años de prisión, y por primera vez calificaba a la banda como grupo terrorista. Me alegró la sentencia y también las declaraciones de los nacionalistas gallegos apoyando a los de las bombas; es bueno que la gente los vea sin careta y que a Feijóo se le caiga la suya cuando les ofrece pactos para intensificar la opresión lingüística.

El segundo regalo estaba en el buzón: una citación del juzgado de lo penal nº 2 de Santiago para que acuda como testigo en el juicio contra los impresentables que utilizaron la coacción, la  amenaza y la violencia el día de la manifestación de Galicia Bilingüe en Santiago en febrero de 2009. En circunstancias normales me habría disgustado recibir esa citación. No me hace ninguna gracia volver a verles las caras a esos puntos filipinos, uno de ellos es uno de los condenados por terrorismo esta semana, nada menos que a 18 años de prisión por  ser quien le entregó a un compinche tres bombas listas para explotar, y también por tener en casa otro artefacto más, amén de otras menudencias. Si me alegré al recibir la citación fue porque ese mismo día aprecié un cambio en la actitud de nuestras instituciones respecto a quienes coartan la libertad de expresión de los demás. Y es que deduzco que si se ha montado la que se ha montado por lo sucedido en la librería Blanquerna de Madrid, donde unos individuos interrumpieron el acto de celebración de la Diada catalana con empujones, gritos y pisoteo de una bandera, a partir de ahora se reaccionará con contundencia si se vuelve a atacar  a Rosa Díez en una Universidad catalana, o a los miembros de Ciudadanos, a quienes les apedrean las sedes, los agreden y los insultan. También doy por hecho  que será ejemplar la sentencia contra unos malhechores que se dedicaron a amenazarnos los días previos a nuestra manifestación para que no la celebráramos, y que una vez en Santiago, intentaron reventarla a pedradas y botellazos, que agredieron a la Policía, que rompieron el escenario que habíamos preparado, que lanzaban objetos atrincherados en las ventanas, que incendiaron contenedores y rompieron escaparates. A ver si, por fin, las cosas cambian. Si es así, estoy dispuesta a perdonar el que durante años no pudiera dar una conferencia sin protección policial,  los insultos y amenazas que las personas de GB soportamos cuando recogíamos firmas en la calle en favor de la libertad de elección de lengua; perdonaré que me rajaran las ruedas del coche, que le rompieran las ventanillas, que me lo pintaran con insultos, que pintaran una diana en mi portal, que  hicieran pintadas en el instituto donde trabajo; que nos entraran en el garaje de casa para causar destrozos, las amenazas en el buzón, los petardos en las piernas y todo lo demás. Todo eso sucedió sin que absolutamente nadie haya sido, no ya condenado, sino ni siquiera juzgado. Ningún fiscal, a pesar de que se lo pedimos, movió un dedo. 

Tal vez, hasta ahora, estos tipos han gozado de total impunidad porque lo que algunas instancias  querían es que personas como yo dejáramos nuestro activismo en pro de ciertos derechos civiles y nos dedicáramos sólo a Thermomixear. Van listos, si antes daba la lata, ahora lo haré contando con mas tiempo, gracias a la Thermomix, las croquetas, que tardaba en hacer una hora y 45 minutos, me las hace el juguete en 15´. 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Si puedes, ayuda a Marcela



Esta será una intervención en el blog sin adornos ni introducciones. Necesito contaros algo, compartirlo con vosotros y pediros vuestra ayuda. Es para Marcela, una madre que vive en Vitoria y que el miércoles dejaba un mensaje en el correo de Galicia Bilingüe. Esa mañana las ediciones para el País Vasco de El Mundo y El País informaban sobre su problema. En su mensaje nos pedía que la ayudáramos. La llamé y estuvimos hablando largo rato. Marcela es colombiana, pero tiene nacionalidad española porque está casada con un gallego, un Guardia Civil destinado en El País Vasco. En 2008  matriculó a sus hijos en un centro concertado de Vitoria. Les concedieron la exención en la asignatura de euskera durante dos años por provenir de fuera de la comunidad y se la prorrogaron dos años más. Pero en diciembre pasado se eliminaron las prórrogas de este tipo y en una carta le dijeron a Marcela que sus hijos no lograrán tener el título de Bachillerato si no demuestran que tienen el mismo nivel de euskera que sus compañeros. Le explicaron que durante estos 4 años deberían haberse puesto al día en el aprendizaje de esa lengua. Como comprenderéis, tanto el muchacho que estudia 2º de Bachillerato, como su hermano que va a cursar 1º, contemplan este requisito como una barrera infranqueable. Su situación se resume así: o se  ponen a estudiar euskera casi a tiempo total, o se olvidan de seguir estudiando cualquier carrera o ciclo superior porque, aunque aprueben todas las asignaturas de Bachillerato, sin euskera no hay título.

Marcela ha enviado miles de cartas y correos a todas las instituciones nacionales y autonómicas, a partidos políticos, sindicatos y defensores de pueblos. La respuesta siempre es la misma: hay que cumplir la Ley. La única solución sería escolarizarlos en Burgos, en Miranda de Ebro, a 35 Km de Vitoria, pero la familia no puede costear el transporte. Marcela ha sido operada de un tumor maligno  que la ha dejado sin una pierna y, a causa de la enfermedad y el tratamiento, ha tenido que cerrar el negocio que había emprendido. Las deudas los asfixian y ninguna administración contempla ayudas en su caso. Estos días, el director de un instituto de Miranda les ha ofrecido dos plazas en su centro, pero tienen que matricularse lo antes posible y ella no sabe cómo va  a pagar el transporte.

He hablado varias veces con Marcela desde el miércoles. No entraré en detalles, pero puedo deciros que duele ver cómo a la dureza con la que la está tratando la vida, se une esta circunstancias absurda. Desde Galicia Bilingüe nos hemos propuesto ayudarla de la única manera que está a muestro alcance con la urgencia que ella necesita. Después vendrá otro trabajo de fondo; lo importante ahora es conseguir que esos chicos puedan empezar el curso. Hemos iniciado una cuestación para costear la adaptación de su coche a su minusvalía y el importe del combustible durante los 170 días lectivos del curso. Con lo recaudado se les compraría una tarjeta Repsol por el importe que necesitan, y la adaptación del coche cuyo presupuesto es de 2.124 euros. Supongo que estaréis pensando que uno se avergüenza de vivir en un país donde los ciudadanos tenemos que arreglar los desaguisados de la Administración, pero las cosas son como son y no tenemos estómago para mirar hacia otro lado.

Ninguna institución se ha mojado. La Viceconsejera de Educación del Gobierno vasco le respondió a Marcela por carta animándoles a empezar a estudiar euskera. Literalmente les ha dicho que "los profesores, los adolescentes y sus padres se impliquen a fondo para que superen SUS CARENCIAS".  Los sindicatos, tan prestos a denunciar injusticias, callan; está "la" lengua de por medio, eso es sagrado. El señor Oyarzábal la llamó ayer por la mañana (seguramente molesto al ver la noticia en la prensa) para decirle que van a tratar el tema en el Parlamento, que tal vez se apruebe algo que no sabe si se va a cumplir, y que en mes y medio a lo mejor hay algo. No me resulta creíble a tenor de su trayectoria. No entiendo a este tipo de personas, como tampoco entiendo a esos versos sueltos del Partido Popular que nunca se desprenden del todo del poema. Nunca se van, nunca se plantan. Al PSOE tampoco se le espera, es más progre defender lenguas que a unos chavales.

Se necesitan 4000 euros. No sé si es una cantidad fácil de reunir, pero vale la pena intentarlo. Sé que a veces algo nos conmueve pero pasado el primer impacto nos dejamos llevar, también sé que estamos todos bastante pelados, pero nuestra aportación por pequeña que sea se sumará a otras. No puedo transmitiros la intensidad con la que Marcela sueña que sus hijos puedan seguir estudiando, pero sé que podéis imaginar la satisfacción que muchos sentiréis si lo logramos, levantarnos cualquier mañana de este invierno y saber que una madre viaja de Vitoria a Burgos para darles a sus hijos una oportunidad y que hemos ayudado a hacerlo realidad.

Las aportaciones que se reciban a través del pay pal de GB durante los próximos 10 días se destinaran a esta casusa.
PAY PAL


También las donaciones en la cuenta  de Galicia Bilingüe del Banco Popular 0075 8902 14 0600846479. Indicar: Para Marcela

PD. En algunos comentarios a esta entrada se afirma que los hijos de Marcela deberían haber estudiado euskera estos 4 años. En la información publicada por El Mundo se explica que los chicos eran llevados a la biblioteca en las horas de euskera. De todos modos, lograr en 4 años el mismo nivel que sus compañeros adquieren en 12, sobre todo en una lengua tan complicada, me parece muy difícil de lograr.